2 Películas, un fundamentalista
- El Diario Soez
- 2 ago 2018
- 3 Min. de lectura
Por Marlon Briceño.

Un día le pregunté a mi profesor: Profe ¿el fundamentalismo en los últimos años, es cada vez peor? Me dijo que el fundamentalismo siempre ha existido, y entendía el porqué de mi percepción. A lo que se refería mi profesor de Política, era a la saturación de la información, pues, volverse fundamentalista en estos tiempos es más fácil, solo basta con buscar uno que otro sitio en internet para fomentar la idea en cuestión, pero, nos resulta inferior u ofensivo un argumento que refute nuestra idea. Aquí me dio un chispazo, un destello que me dio razón de un problema general de la sociedad, más específicamente, su percepción de las cosas, poniéndonos abstractos, de la misma realidad.
La alegoría de la caverna de Platón, elucida el mundo como un conjunto de proyecciones que se nos muestran, sin embargo, no vemos las cosas tal cual son, son una mera sombra deforme de los objetos que realmente son, nosotros decidimos si dudar de estas proyecciones (Pasar al plano de la Razón) o creer en lo que percibimos (Mantenerse en el mundo sensible). Los fundamentalistas son los personajes que se basan en lo perceptible por ellos, manteniéndose arraigados a unas ideas, las cuales nunca pusieron en tela de juicio, nunca dudaron de estas, simplemente las aceptaron y fortalecieron hasta el más incomprensible e ilógico limite.

Matrix, de los hermanos Wachowski (Les voy a decir hermanos, porque en esa época eran hombres) nos transporta a un futuro distópico en el cual las personas, sin saberlo, viven en una simulación mientras son usados como baterías por maquinas que dominaron el mundo. En este escenario, Neo es liberado por un escuadrón de la resistencia que lucha contra las maquinas en el mundo real. Ya me puedo imaginar a los conspiranoicos con sombreros de aluminio tomándose literal la película, pero en un sentido relacionado con la alegoría, anteriormente mencionada, se puede entender lo difícil que es para las personas salir de la Matrix (la programación), e incluso, en su negación, la pueden llegar a defender. Sé que muchos, por no decir que todos, ya han visto la película, pero no desde esta perspectiva; estoy seguro, que analizada pude ser un ejercicio muy productivo para salir de la “Matrix”.
The Truman Show, dirigida por Peter Weir, es otra película que si se toma de forma literal se va a convertir en una idea difícil de creer, pero bueno, ya me van entendiendo por dónde va la cosa. Truman es un hombre el cual fue comprado, cuando era bebé, por un estudio para documentar toda su vida y convertirla en un programa de televisión, para esto crearon un pueblo gigantesco lleno de actores y locaciones para ambientar el set como si fuera la vida real, el show controla todo lo que Truman hace, desde lo que come hasta con quien sostiene amistades y con quien se casa, pero Truman sospecha, y desde aquí se pone buena la vaina. Truman es el ejemplo claro de como las influencias externas nos pueden formar como personas y como el dudar de estas influencias nos pueden llevar a la verdad.
Lo que intento hacer con estas recomendaciones es abrirles un poquito los ojos, y que duden, la duda es lo único que no nos convierte en maquinas que solo siguen lo que le ponen en frente, así que duden, duden de sus conocimientos, de su posición política, de su religión, de las instituciones, del porqué de las cosas, de todo; ustedes deciden si vivir ignorantes y felices o realistas y lúgubres.
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